Un día con
Bizkaia: pulso solidario
Acción colectiva e individual como motor de cambio social
La labor realizada en Fundación Adsis Bizkaia no sería posible sin los voluntarios y voluntarias que dedican parte de su tiempo a colaborar. Bizkaia es la zona con el índice más alto de voluntariado de todas en las que trabaja Fundación Adsis, representando el 23% de personas voluntarias en toda la entidad.
Su implicación es diversa, y se manifiesta a través de varias labores en los distintos programas y proyectos que se llevan a cabo: acompañamiento a jóvenes inmigrantes y personas privadas de libertad, comercio justo, refuerzo escolar, etc.
Voluntarios
Castellano con jóvenes inmigrantes
“Sabemos que con el voluntariado no se soluciona ningún problema estructural, pero lo vemos muy necesario hoy en día. Acompañamos y cubrimos necesidades básicas de personas y colectivos oprimidos, que de otra manera las instituciones públicas no se están haciendo cargo”, manifiesta Esti. “El voluntariado es una obligación social, no solo desde una perspectiva de sociedad colectiva, sino que cada uno de nosotros debe entender nuestro contexto y que tenemos privilegios. Es obligación nuestra conocer nuestra posición social y acompañar a personas que lo necesitan”, comenta Imad. “El foco del voluntariado no somos nosotros, sino las personas a las que acompañamos, que son las que sufren las políticas sociales y políticas de migración que son, cuando menos, injustas. Por lo que si de verdad se quiere escuchar una voz, que no sea la nuestra, sino la de ellos, que es la que de verdad está silenciada”, concluye Imad.
Proyecto ONGI ETORRI: hogar de acogida temporal de jóvenes inmigrantes
“En Ongi Etorri te encuentras con muchachos con ganas de crear y de vivir, de conocer otros lugares sin dejar de lado su cultura”, explica Mer.
“Yo voy al voluntariado con mis padres y mis dos hermanos, todos los miércoles. Vamos a hablar con los jóvenes, ya llevamos más de 3 años. Al principio no piensas que sea algo tan increíble, y a medida que pasa el tiempo encuentras todavía más sentido a la razón de ir, al verles tan agradecidos. Porque muchos están solos y sin familia, y al estar con ellos se sienten acompañados, que es lo que necesitan, estar con gente de aquí que saben que les apoyan. El ir ahí es ya decirles: yo creo en ti”, cuenta Jon. “Actualmente solo se hacen cosas a cambio de otras, nunca se hacen por ayudar sin algo de por medio. Aunque suene cursi, el voluntariado es enriquecerse el corazón. Es así”.
Proyecto AITMA: enseñanza de castellano y tiempo libre con personas inmigrantes
“Ser voluntario es invertir parte de mi tiempo ayudando a personas que lo necesitan, es un acto de solidaridad para poder darles herramientas que les permitan, en menor o mayor medida, mejorar sus vidas. Todo esto recibiendo por parte de los destinatarios mucho más de lo que yo les doy”, afirma Íñigo. “Los vínculos que se crean entre las personas acompañadas y la sociedad tienden a ser inclusivos en todo momento. En muchas ocasiones, son personas que se sienten excluidas de la sociedad y creo que es importante hacerles partícipes en la misma ya que merecen el mismo respeto y oportunidades”, añade Noelia.
“Los voluntarios jugamos un papel crucial en una sociedad que cada vez corre más, compra más, quiere más y en menos tiempo”, expresa Íñigo. “Acudir todos los jueves a dar clases a jóvenes, me abstrae de mi rutina laboral diaria. Salgo de un mundo en el que constantemente se persiguen objetivos económicos a corto plazo y me adentro en otro mundo totalmente distinto en el que las relaciones entre personas es lo que más cuenta”.
Proyecto TANMERT: enseñanza de castellano y tiempo libre con personas inmigrantes
Abdelatif es de Marruecos. Conoció el proyecto como usuario en su llegada a España. Después de 3 años de aprendizaje de castellano, se sumó al grupo de personas voluntarias para dar apoyo a personas recién llegadas. “Es un apoyo y una ayuda que no olvidas. Si ayudas a un joven que no sabe nada, que no conoce ni el idioma, ni la cultura... si tú le enseñas, nunca se va a olvidar de eso", explica. “Si la gente dedica una hora gratis a la semana para ayudar, el mundo va a ir un poco mejor. Hay gente que no quiere ni acercarse a los inmigrantes, solo escucha cosas malas pero no se anima a acercarse y saber cosas de ellos. Pero si va a hablar con ellos, igual va a cambiar su mentalidad", añade.
Proyecto TANMERT: enseñanza de castellano y tiempo libre con personas inmigrantes
“Tenemos la suerte y la oportunidad de crear relación con estos jóvenes que muchas veces están solos y un poco perdidos. Al final, más que enseñarles castellano, les damos un pequeño apoyo y nos ayuda a entender su realidad de manera cercana. En nuestra sociedad es necesario fomentar este tipo de voluntariado”, cuenta Sara.
Proyecto OINEZKU: apoyo escolar a niños y niñas
“Conocí Fundación Adsis a través de Ainhoa. Fui un día y me gustó mucho el ambiente que había”, cuenta Ane. “Ser voluntaria en este proyecto engancha mucho. El vínculo con los niños y niñas es estupendo”, dice Ainhoa con una sonrisa. “Se acaba creando muy buen ambiente entre los voluntarios y los niños. Decidimos todo entre todos y todas, y en la medida de lo posible y aportando cada uno lo que pueda, lo sacamos adelante”, dice Ander. “Es divertido, aprendemos y da mucha alegría”, resumen los tres.
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