CLAUDIO ZULIÁN

Cineasta, artista y autor de una obra multiforme en artes visuales, música, teatro y literatura

Intercambiando un par de palabras con Claudio Zulián, queda claro que la cultura es el eje que marca su trayectoria. Así lo demuestran también sus obras, eclécticas y con una mezcla artística que no le teme a ningún género. “No creo que haya posibilidad de imaginar un mundo diferente si no somos diferentes”, expresa. Defensor del arte y su poder transformador, afirma: “Mis documentales nunca han sido documentales al uso. Nunca he pensado: voy a explicar un tema. Sino, voy a entrar en una situación donde la gente imagina las cosas de una cierta manera y, acercándome por la vía documental o por la vía de la ficción, vamos a hacer que esto cambie. El objetivo central de mi trabajo es más bien cambiar la vida simbólica”.

Con esta perspectiva, se acercó a Fundación Adsis. Fue a través de un amigo que le presentó el trabajo llevado a cabo por la entidad en el centro abierto del barrio de El Carmel, en Barcelona. Después de conocer de cerca la labor social con jóvenes en situaciones de vulnerabilidad y participar activamente en algunas dinámicas, pensó en varios formatos para incidir desde su profesión y forma de pensamiento. Además, se vinculó también como miembro del Consejo Asesor de la fundación, aportando de manera voluntaria su visión especializada en el ámbito cultural y brindando asesoramiento. “La primera pieza que hicimos fue Visions del Carmel, que eran una serie de fotografías que se expuso en el mercado del barrio. Se trataba de hacer algo que realmente pueda suponer una memoria, una transformación del tejido simbólico del barrio, de la gente, de los jóvenes, etc.”, explica.

La exposición fue el detonante de una serie de obras que ha ido creando con jóvenes, como ejercicio de autorepresentación de ellos y ellas mismas, y como piezas artísticas que pretenden cambiar las cosas. En 2006 filmó durante 6 meses una película documental, ‘A través del Carmel’, con diversos colectivos, retratando sus rutinas y sus distintas realidades. “El papel que puede tener un creador es el de ser una voz crítica, de aportar miradas que no son las del día a día. El día a día siempre es urgente. A nosotros nos toca suspender esa urgencia y ver qué estamos haciendo”, relata Claudio. “En A través del Carmel salen unas 150 personas, y todas decidieron cómo se querían mostrar en la película. Han sido trabajos de corresponsabilidad más que de participación, de compartir saberes. Los trabajos de corresponsabilidad tienen limitaciones a la hora de representar lo social, porque todo el mundo tiene lo que yo llamo el síndrome de Facebook. Solo quieren poner el mejor perfil. Entonces tienden, en general, a esconder lo problemático”, añade.

Filosófico y reflexivo, sus obras son ejemplo que con la voluntad de crear y de acercarse, se puede conseguir transformar la sociedad. “¿Esto cambia las cosas? Mi objetivo es cambiar el orden simbólico, porque creo que allí es donde hay transformación”, expresa.

Reacio a afirmar de manera contundente que sus trabajos pueden ayudar a cambiar realidades sociales, argumenta: “Hace dos años, el director del centro me comentó que se encontró a uno de los jóvenes participantes de uno de los documentales, y que le dijo que si no hubiera sido por la película, a lo mejor su vida se hubiera encaminado hacia la delincuencia. A mí no me gusta subrayar eso, porque parece que ahí resuelves las cosas. Pero hay veces que sucede. Un rodaje es un momento muy especial. Es un momento de responsabilidad. Los jóvenes, por ejemplo, tenían que ser puntuales y no fallar. Uno empezó a organizar a la pandilla, y se transformó en un liderazgo positivo”.

Muchos jóvenes llegan de otros países cuando todavía son menores, en situaciones complejas y con mucha desorientación. “En el Carmel, si eres niño tienes tu espacio. Si eres adulto, también. Pero si eres joven, eres como tierra de nadie, y tienen que ir a los bancos de los parques. El mero hecho de abrir un espacio físico donde se puedan encontrar y hacer cosas interesantes e inteligentes, me parece fundamental”, defiende Claudio cuando piensa en el centro abierto de Fundación Adsis en Barcelona. La implicación y el compromiso de sus trabajos a través del arte, son un ejemplo para constatar que la voluntad de querer visibilizar las realidades y las voces de personas que muchas veces quedan en el olvido, resultan una herramienta necesaria para concienciar y avanzar hacia una transformación social.