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Un día cualquiera de marzo

04/2021 - Valencia


El centro Taleia de Fundación Adsis, en València, no para. 

Si una persona se detiene un rato a mirarnos, podrá ver como el espacio se llena de vida. Vale la pena, si tienes la oportunidad, venir a visitarnos.  Me llamo Álvaro, y soy educador en este centro desde hace algún tiempo. Si me lo permites, quisiera contarte lo que tengo el privilegio de vivir cada día. 







Hace unos días, con motivo del día internacional de la mujer trabajadora, plantamos una higuera que representa nuestro compromiso con la igualdad y los cambios. Hoy la seguimos cuidando, así que hemos decidido ponerle una protección. Está plantada en un solar, tristemente abandonado, que estamos tratando de cuidar. Es trabajo de todas las personas de Taleia cuidar los espacios que compartimos. Los grupos del Centro de Día Inserción suelen ser muy creativos, así que es fácil verlos en actividades cada día, reparando, transformando, cuidando. Quizá sean los y las más jóvenes de la mañana, así que su energía se siente en todo el centro.






Hoy también nos visitan nuestras compañeras de Infàncies i dones del món, que nos han preparado una actividad participativa donde las y los jóvenes puedan aportar su voz a este tiempo donde tanto les juzgan y les demandan. 

En Taleia es frecuente contar con voces y presencia de otras entidades, trabajar en red nos enriquece y aporta.  






Mientras en los talleres formativos (Programas Formativos de Cualificación Básica) fluye el proceso de aprendizaje: motores, manicura, peinados, secado, electricidad, … la concentración es más evidente conforme los procesos llegan a mitad de curso. Ahora se lo van creyendo, su futuro es más real, la posibilidad de acudir a unas prácticas en centro formativos (empresas colaboradoras) está más cerca. Y la calidad de sus trabajos y tareas mejora cada día. 

Cada taller tiene un nombre, elegido dentro del proceso de participación que se llevó a cabo desde el consejo del Centro (formado por personal profesional, voluntariado, familias y jóvenes). El de Estética es Frida Khalo y nos ilustra la frase: “¿Para qué quiero pies? Tengo alas para volar”. Y en Mecánica, Hipatia de Alejandría, nos motiva para aprender: “Defiende tu derecho a pensar, hasta equivocarse es mejor que no pensar”. Estos días el grupo de mecánica anda liado con lo que será el estreno mundial de la obra de Hipatia, hay nervios por poder verla ya.




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El grupo de promoción educativa, una vez superados con bastante éxito las pruebas de nivel del ciclo uno, estamos on fire estudiando tanto para las pruebas de acceso a grado medio como para la obtención del graduado en secundaria. Así que ahí están, tratando de avanzar en cada una de las asignaturas que se preparan. Los exámenes se van acercando, así que toca aplicarse y estudiar a tope.  

A mediodía toca deporte con alguno de los grupos. Nos gusta la vida, así que tratamos de ponerle buenas costumbres y hábitos, adaptados a cada uno de los cambios que nos obliga la pandemia para mantener las medidas necesarias.  

Conforme avanza la tarde, el centro sigue fluyendo. El grupo de Centre Obert empieza el refuerzo escolar, y luego se irán de actividades de tiempo libre. Son el grupo más antiguo (a pesar de la edad). Algunas de las personas que lo forman llevan un tiempo largo en Taleia, y eso se nota mucho en su forma de estar en el centro, de acoger, de cuidarse cada uno y cada una. De cuidar el grupo de personas, que es lo más importante que tenemos. 

Y, en una de las aulas, siguen su proceso de capacitarse la gente del “prepara-te”. Fortaleciendo sus habilidades para la orientación de su futuro, para decidir y buscar su orientación laboral.  

Algunos días, también se puede encontrar al grupo de Madres, que se reúne en el centro para abordar y trabajar todos aquellos temas que quieren. Colaboran con el centro y son un pilar importante de nuestro día a días. 

Y, además, sin darte cuenta, durante todo el día se realizan orientaciones laborales, atención terapéutica, mantenimiento del centro y limpieza… Y, por supuesto, la dirección, las coordinaciones, el trabajo administrativo… 

Educadoras que van de un sitio a otro, mientras atienden, o intervienen, o tratan de hacer a la vez otros trabajos necesarios. Las personas de prácticas, que nos acompañan y nos ayudan en cada actividad. Esas personas increíbles, comprometidas e ilusionantes que voluntariamente participan, se implican y colaboran con Taleia. Y ellas, y ellos: protagonistas indiscutibles de su proceso. Que trabajan duro para tener una segunda (o tercera, o la necesaria) oportunidad.  

Así que yo, un día como hoy, cada día, tengo el privilegio de pararme un momento y sentir admiración por todas estas personas que me rodean, por este lugar lleno de vida, con todos los retos que durante este intenso curso transitamos. Y Eli, una de las jóvenes, llega corriendo por el pasillo y me regala una frase, que dice que es para mí: 











Y durante un instante, no puedo evitar decirme a mí mismo: Taleia, ¡qué hermosa eres! :)